Rebelarse, acción tristemente común en nuestros días, consiste en
sublevarse, es decir, faltar a la obediencia debida o oponer resistencia a
algo. Se suele llegar a esto cuando hay un estado de excitación e indignación,
acabando en un sentimiento acalorado de protesta.
Por supuesto hay grados, yo propongo solo que nos rebelemos con el fin
de mejorar nuestra heráldica municipal. Pero ya veremos que tiene que ver esta
palabra con el escudo de Llanera.
El escudo que utiliza el Ayuntamiento es este, o algo parecido, ya que dudo
si en el segundo cuartel aparecen ondas o una terraza.
(Imagen
y descripción tomadas de Wikipedia)
Cortado y
medio partido. Primer cuartel cortado, Cruz de los Ángeles de oro y piedras
preciosas, soportada por dos ángeles alados. Segundo cuartel partido, torre
almenada en oro sostenida en ondas de plata. Tercer cuartel, tres fajas
acompañadas de diez roles cargados de crucetas, puestas tres, dos, dos, tres.
En Wikipedia viene también la explicación del
porqué de dichos cuarteles.
Primer cuartel cortado. Este cuartel está formado por
las armas de la Obispalía de Oviedo, ya que debido a las sucesivas donaciones
de estas tierras acabó por convertirse en propietaria de ellas. Fue concejo de
Obispalía hasta que Felipe II tuvo permiso del Papa para vender las tierras.
Segundo cuartel partido. Esta torre representa la
antigua torre de San Cucufato en la orilla del río Nora. En esta torre pidió
asilo Enrique de Trastámara a Don Diego Menéndez Valdés que se lo denegó
huyendo de su hermano Pedro I.
Tercer cuartel. Don Diego Menéndez Valdés fue perseguido
por Enrique de Trastámara por haberle negado el asilo que le pidió. Este escudo
es el antiguo de los Valdés que eran tres franjas a los que se añadieron las
ruedas del suplicio que evolucionaron a los roles.
En nuestra
enciclopedia Asturias aparece este, y
dudo si hay que representar ondas o una peña en el segundo cuartel.Creo que, en el que utiliza el Ayuntamiento, aparece
una peña.
Por esto en el escudo de la antigua obispalía
figuran en cuarteles la temida y famosa torre sobre el Nora y las barras y
roeles de los Valdés; pues que por ellos principalmente figuró el concejo en la
historia asturiana y a ellos pidieron los reyes desinteresado y valioso
concurso un día para la causa de la justicia y otro para la libertad de los
pueblos. Ellos eran custodios de una de las llaves del archivo viejo del
municipio.
Según la misma
enciclopedia Asturias, la historia de
Llanera comienza en los tiempos de la dominación romana, adquiriendo una cierta
importancia Lucus Asturum, aunque el
hecho que voy a relatar, tuvo lugar unos años más tarde, y nos van a servir
para comprender el escudo actual de este municipio.
En 1296 el obispo
don Fernando recibió las encomiendas a los comendadores que, a su nombre, las tenían;
el prelado don Odón dio la encomienda á don Rodrigo Álvarez de las Asturias en
1325; el famoso prelado don Gutierre hizo lo mismo en 1380 a favor de don Pedro
Menéndez de Valdés, señor de la casa fuerte de San Cucufate; y, a este tenor,
nombraban nuestros obispos comenderos y cobradores subalternos.
Llegó una ocasión
en que los vecinos de Llanera hollaron el pleito homenaje y juramento de
obediencia a su obispo y señor el don Guillermo de Verdemonte o Monteverde.
Levantáronse contra él protestando agravios de sus comenderos, a los que, según
tradición, ataron en un pesebre con sin igual agravio. Monteverde excomulgó y
puso en entredicho a tales vasallos, que así permanecieron cuatro años con
escándalo de la diócesis. Murió Monteverde en 1412 y dejó a los de Llanera con
nota de conxuraos porque contra su señor se habían levantado y con la de
perxuraos porque le habían negado la dependencia jurada. Uno de los primeros
actos del sucesor, el magnífico don Diego Ramírez Guzmán, fue la reconciliación
con los rebeldes tras de severísima penitencia, que cumplió el concejo
episcopal representado por treinta diputados, veinte nobles y diez pecheros,
que en 31 de Julio de 1412 asistieron vestidos de pobres jubones o sacos
ceñidos al cuerpo con sogas, descalzas, con ceniza en la cabeza, llevando
candelas encendidas a la hora de tercia, procesión, misa y sermón en la iglesia
mayor de Oviedo, donde de rodillas, delante del altar mayor recibieron la
absolución del Provisor del señor obispo. Continuó así el poderío episcopal en
Llanera, porque a favor del Prelado fue una sentencia de 1431 para que el
poderoso don Diego Fernández de Quiñones, merino mayor, no ejerciere
jurisdicción alguna en aquellas tierras de la mitra.
Por tratar
justamente de la dependencia episcopal de Llanera, adelantamos la relación
histórica y tenemos que retroceder al siglo XIV cuando Asturias se vio
perturbada y dividida por el alzamiento de don Enrique de Trastamara, aquí
favorecido por la herencia de don Rodrigo Álvarez de las Asturias, contra su
hermano el rey don Pedro l. En la Junta de la Vega, suscitada por don Diego,
don Juan y don Pedro Menéndez de Valdés, hijos de don Martín Fernández de
Valdés y de doña María de Oviedo, vasallos de Su Alteza y caballeros de la casa
del Rey ayuntados en un ser y querer a favor de este rey legítimo, asistió el
primero con su hueste Alvar González de Valdés, por Llanera en 1367; y cuando,
poco después, socorrido el Bastardo por sus parciales de las Regueras y otros
muchos de Asturias llegó a la dicha torre de San Cucufate, pidiendo hospedaje y
ayuda a su señor Diego Menéndez de Valdés, éste le cerró las puertas y se
dispuso a la defensa, gritando desde la torre del homenaje t que no quería
trato con traidores y enemigos de su rey. Pagó bien cara, como ya veremos,
semejante lealtad, aunque así enalteció su casa, cuya gente fue poderosa y
querida de los monarcas y noble entre las más nobles de Asturias.
En el siglo XVI,
en Llanera, como en otras localidades de la provincia, terminó la dominación
episcopal. Felipe II obtuvo, como es sabido, bula pontificia para separar de
los obispos y enajenar numerosas jurisdicciones; y una de ellas fue Llanera,
adquirida por la ciudad de Oviedo.
El hecho histórico
de los conxuraos o perxuraos me ha servido de inspiración para un nuevo escudo.
Al principio pensé
en utilizar el topónimo de Llanera para representarlo, pero ¿cómo se representa
un llano? ¿Solo una terraza?
De azur, fretado de seis cotizas y seis barras de cuerda de oro.
Para ser puristas,
igual tenían que ser solo tres cotizas y tres barras, pero ya lo tenía
dibujado. Recordar que las cotizas son igual que las bandas, pero más
estrechas. Y que las barras son igual que las bandas, pero en sentido
contrario.
Ni que decir tiene
que he pretendido relacionar la cuerda con lo exconxuraos, tanto como por la
confección de los jubones que cubrían su cuerpo como por las sogas con que los
ceñían.
Esto me sirve para
afrontar algunos conceptos heráldicos:
- Fretes es el enrejado compuesto de barras y bandas muy estrechas (cotizas) que dejan ver el campo del escudo. Es corriente representar un frete con un macle. En algún diccionario he visto que al escudo resultante de cruzarse tres cotizas en banda y otros tres en barras, dejando ver el campo del escudo, se le llama fretado, pero las representaciones encontradas, exceden este número.
- Fuso, es la pieza en
forma de rombo. Se puede poner en banda, palo, barra o faja. Por extensión, se
dice que un escudo es fusado, cuando
está lleno de fusos de color y metal a modo de ajedrez. Se puede poner en
banda, palo, barra o faja.
- Losange, pieza formada por un cuadrado puesto en punta, aunque a vece se le dan las proporciones del escudo y adquiere forma de rombo. Se diferencia de fuso en que este es más largo, y al igual que este, se puede poner en banda, palo, barra o faja, y cuando se llena todo el campo, se dice losanjado.
Recordar que esta es la forma oficial que la
Generalitat de Cataluña estableció para los escudos municipales.
- Rustro, es una pieza en
forma de rombo con una abertura interior redonda, por extensión, se dice que un
escudo es rustrado, cuando está cargado de rustros.
- Macle, es la pieza
formada por rombos en cuyo centro lleva otro rombo vacío. Al escudo que está
lleno de macles se dice que está maclado.
Y siempre queda la
imaginación del diseñador.
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