Un
amigo y colaborador me pidió que hiciese una entrada sobre el escudo de Salas.
Él no es salense, tampoco asturiano, sino catalán. Aquellos que más entienden
de heráldica en España son los catalanes, y así lo presentan todo con mucho orden,
mantienen un gusto excelente, trabajan con denuedo, publicitan su trabajo,
pero... lo hacen todo de manera desmedida, creyendo que una razón particular y
un objetivo final, cualesquiera que esos sean, les asiste exclusivamente.
Y no es
así.
Tristeza.
Un saludo fraterno para todos los catalanes exiliados, tanto a los de
nacimiento como a los de adopción, a aquellos que han ido viniendo poco a poco
y a aquellos que van a tomar la determinación de exiliarse a otras tierras de
España. Con los que vivirán en el exilio interior, tanto en Cataluña como en
resto de España, nos solidarizamos con ellos, pues conocemos la dureza de los
tiempos y del ostracismo, el desarraigo y la exclusión. Eso es penoso exilio, y
no el “exilio turístico” de otros.
Y no debe
ser así.
Los que
vivimos en la época de Franco, en aquellas penosas circunstancias, aprendimos,
ansiamos y desarrollamos lo que eran los ideales de Democracia, Libertad,
Dignidad, Memoria y Solidaridad, y por todo ello ni comprendemos ni se nos
puede justificar lo acontecido en estos últimos tiempos.
No
creemos en caudillos, sean gallegos o catalanes. Creemos en la libertad
individual, no en la colectiva, igual que creemos en la prosperidad individual,
no en la colectiva; pero, en ambos casos, para todos los individuos sin
excepción. No podemos creer en la libertad de un territorio, si en ese mismo
territorio algunos individuos están oprimidos y ni pueden ni se atreven a
hablar. No existe libertad si hay individuos que avasallan a otros. De la misma
manera, no creemos en la prosperidad de un estado, si hay pobres.
El DRAE
recoge cuatro acepciones para la palabra inventar, después de aclarar que viene
de invento, y si omitimos lo referente a los poetas y artistas, una acepción
válida es “hallar o descubrir algo nuevo
o no conocido”. Ello podría ser aplicado a Cataluña, ya que algunos
pretenden hallar o descubrir un estado nuevo o no conocido. La tercera y cuarta
acepción, se pueden unir, “fingir hechos
falsos” y “levantar embustes”. Como se ve, ambas acepciones también son,
lamentablemente, aplicables en este caso.
En el
escudo de Salsas, pasa algo parecido. Había uno y, en la ya referida obra Asturias, quisieron inventar otro. Suele
ocurrir que los inventos son peores que los originales. Y dibujaron así el
escudo de Salas:
Con
esta justificación:
“Los diferentes recuerdos históricos que
van apuntados justifican el blasón de Salas con las armas de este solar o
villa; el timbre benedictino de Cornellana; y los cuarteles de los Miranda y Valdés
por el señorío de aquéllos y la notoriedad de éstos, entre los que brilla con luz
inextinguible el arzobispo don Fernando, de imperecedera memoria.”
En este escudo, vemos una cosa curiosa, el león mira hacia la izquierda. En heráldica, la posición contornada de las figuras, es decir, mirando hacia siniestra, suele indicar la condición de bastardo. La posición del león se ha modificado en las siguientes versiones del escudo.
También
vemos en esta obra que los escudos se timbran con la corona de príncipe, no la
real; la diferencia existente es que la primera presenta cuatro florones (tres visibles)
y la segunda, está compuesta de ocho florones (cinco vistos).
Así es el que aparece en Wikipedia y utiliza el Ayuntamiento de Salas:
(Imagen y descripción tomadas de Wikipedia)
Con la
siguiente descripción:
Escudo cuartelado. 1º, castillo de
piedra sumado de un león, acompañado de tres veneras de plata, una a cada lado
y otra en punta (armas de Salas). En 2º, un león sujetando un báculo adiestrado
de un castillo, acompañado en punta de dos columnas, de oro, puestas en aspa.
3º, armas de Miranda. 4º, armas de Valdés. Al timbre la corona del Príncipe de
Asturias.
Como vemos, se continúa con la obsesión de colocar los
escudos de todos los nobles que pasaron por allí; por otra parte, podemos
observar que se contraviene la regla heráldica de los esmaltes y se pone metal
sobre metal.
En la descripción del escudo, hay cosas que chocan
para un heraldista: “castillo de piedra”, nos sé
cómo se pone un castillo de piedra en un escudo. Tampoco se dice el color de
algunos muebles que lo componen. Una cosa que odian los heraldistas puros es
que se enuncie, para describir el color de una figura: en su color o al natural. Son
partidarios de identificar siempre el color, ya que, en heráldica, nos podemos
encontrar un león de azur, de sinople…, por nombrar dos colores de lo más
apartado del verdadero color de un león.
El castillo se es un mueble heráldico muy común en las
representaciones de escudos de la mitad occidental de España. Se representa con
tres torres almenadas, siendo la del medio más alta y llamándose del homenaje.
En el cuerpo principal presenta una puerta, a veces dos ventanas,
mientras que las torres también suelen llevar ventanas. Lo que
en el escudo de Salas aparece representado es una torre. Cuando se quiere
representar la piedra, se dice que está mazonado, los castillos por
defecto van mazonados de sable, por lo tanto, en este caso no es necesario
describir el esmalte, y para describir el color de la puerta y ventanas se
enuncia como aclarado de…
Por lo tanto, la forma de describir correctamente el
castillo, puede ser la siguiente, en cada caso:
Castillo de gules. (1)
Castillo de gules, mazonado de plata y
aclarado de sable. (2)
(1) (2)
En la obra Apuntes Heráldicos, Vigil describe así este escudo:
En la obra Apuntes Heráldicos, Vigil describe así este escudo:
“Salas, casa y apellido, y tal vez la
villa y concejo de su nombre.
«Trae de oro, y un castillo de su
color, saliendo de lo alto de las almenas un León al natural asomando medio
cuerpo y la cola, y tres conchas o veneras de plata, una en cada flanco y otra
en la punta;» (armas que también pintaban los Miranda de Linares, sin las
veneras, y los de San Vicente)”.
Como se ve, este solar tiene armas antiguas, descritas
ya por clérigo don
Tirso de Avilés (1517-1599), en su obra
Armas y Linajes de Asturias y Antigüedades del Principado, de la
siguiente forma:
“Armas de
Salas: Pintan los de este solar de la villa de Salas del Principado
de Asturias por armas una torre o castillo con medio león en lo alto de él
sobre las almenas.”
Y dice que hay otros dos apellidos, (¡qué mal
suena para un heraldista!), que pintan armas iguales:
“Armas de
San Vicente: Las armas de este solar son propiamente las mismas que
las de Salas, y ansí las pintan los de este apellido.
Armas de Dóriga: Los de
este apellido pintan por armas las mismas, que las de Salas, por descender por
línea recta de Juan Fernández de Salas, padre de don Fernando de Valdés,
Arzobispo de Sevilla”.
Si deseamos diseñar un escudo, debemos indagar en lo
antiguo, y así nos encontramos con un campo de oro, un castillo, un león y tres
veneras. Otros problemas son los esmaltes y el cumplir con la regla de los
colores. Así no puede ir metal sobre metal y vamos a evitar en su color o al
natural.
Por lo tanto, mi propuesta es esta:
De oro castillo de sable, mazonado de plata
y aclarado del color del campo, sumado de un león naciente de gules, acompañado
de dos veneras de gules y otra más en punta.
El
porqué de los colores utilizados: Al ser el campo de oro, imperativamente los
muebles tienen que ser de color. No me pareció oportuno utilizar el azur, el
sinople o el púrpura para estos muebles.
El más parecido para la piedra, podía ser el
sable, por lo tanto, el castillo tendría que ser de ese color, entonces, para
el resto parecía obligado de gules. Por el respeto al original, he puesto un
castillo que parece una torre, pero para distinguirla de esta, he puesto tres
torres encima.
La
razón del escudo puede ser clara: la vinculación al Castillo de Salas, algún
noble o ciudadano identificado con el león y las conchas propias del Camino de
Santiago.
Hay veces que, después de
confeccionar un escudo, alguna persona no queda completamente satisfecha, eso
es lo que me ocurrió con el escudo de Salas, y se me ocurrió un cambio de
esmaltes.
Y ahora, veamos la ocurrencia:
De gules castillo de plata, aclarado de
sable, sumado de un león naciente de oro, acompañado de dos veneras y
otra más en punta, todas de oro.
Como dice el refrán, “para gustos,
hay colores”
Solo
nos queda que definamos algunos términos heráldicos que no se han definido
anteriormente:
- Naciente, es cuando el animal sale de otra pieza o de una de las partes del escudo y deja ver solo la cabeza, alguna de sus patas, y en este caso, su cola.
- Acompañar es cuando una pieza principal tiene a sus lados otras piezas más pequeñas.
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