martes, 14 de enero de 2020

Aller: Bandera


La bandera es una tela de forma comúnmente rectangular, asegurada por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, ciudad o institución.

El escudo se define como la superficie o espacio generalmente en forma de escudo, en que se representan los blasones de un Estado, población, familia o corporación.

Los expertos recomiendan que al crear una bandera se debe buscar la sencillez en el diseño, y al igual debe realizarse ante el esbozo de un escudo.

Además, recomiendan no representar el escudo en el paño; sin embargo, si observamos las banderas de Asturias, esta recomendación no se sigue prácticamente en ningún concejo.

Otra sugerencia es la procurar la reproducción en los colores de la bandera los esmaltes del escudo, que deriven de combinaciones simbólicas, y contener elementos suficientes para identificarlas con sus representados, evitando elementos inadecuados, para conseguir una fácil identificación.

Ambos emblemas, bandera y escudo, se complementan en la representación iconográfica del municipio, por lo que sus colores han de ser los mismos y en el caso que la bandera lleve cargada alguna figura, esta ha de pertenecer a las del escudo heráldico.

La bandera de Aller es esta:

Rectangular, de proporciones 2:3, dividida en dos partes, la superior de color rojo y la inferior de color verde (Pantone 354). Se hallan divididas por cuatro líneas desiguales de color blanco que imitan el perfil de dos montañas. En la mayor de ellas su pico llega hasta el borde; en la otra su pico queda a un cuarto del ancho del borde. En la parte superior al batiente, figura un sol figurado amarillo. En la parte inferior al asta, figuran tres torres de igual color que el sol, dispuestas dos encima y una debajo.

Como vemos, es original y, recoge esmaltes y elementos del escudo, otra cosa es que guste, pues eso es muy particular de cada persona.

La adecuación entre el Escudo y la Bandera Municipales, en Asturias, suele efectuarse de varias formas, la más común es la de la bandera cargada con el blasón local, al igual que ocurre con la Bandera Nacional, y el color más común es el azul, a imitación de la Bandera de la Comunidad, aunque también es muy común el verde. Creo que debíamos huir de ellos, con el fin de hacer creaciones originales e identificativas y, en todo caso, tratar de hacer un diseño con los esmaltes del blasón y algún elemento del mismo. Aquí vamos a seguir el procedimiento contrario, intentar construir un blasón a partir de la bandera.



(Imagen y descripción tomadas de Wikipedia)

Escudo cuartelado en cruz. Primer cuartel: tres castillos de oro que son representativos de los que hubo en el concejo: los de Soto, Pelúgano y el Pino. Segundo cuartel: dos llaves adosadas, acompañadas de seis lunetes puestos de tres en tres y tres lises de oro, este cuartel está formado por las armas de los Quirós. Tercer cuartel: un sol en oro, este cuartel es las armas de la familia Solís. Cuarto cuartel: castaño del que sale un brazo armado del que cuelga un caldero, con una bordura con la leyenda “Membraros eys de mía pesar de vos”, estas son las armas atribuidas a los linajes Castañón y Nembra. Escusón en abismo, la Cruz de la Victoria en oro y piedras preciosas.

Este escudo viene de la representación que se hace en la enciclopedia Asturias, con el añadido del escusón con las armas de Asturias.


Y justifican el escudo así:

Diremos para concluir que en el escudo concejil deben figurar los antiguos castillos con que las gentes de Roma, los reyes asturianos y los linajudos señores locales defendieron las montañas alleranas; las llaves de los Quirós, que levantaban, como perpetuos alféreces mayores, el pendón municipal; el sol del timbre heráldico del generoso y sabio Solís; y el castaño y caldero de los Castañón por todas partes repetidas, acusando notoriedad, entre las nobles casas de Aller.

Una de las normas establecidas por los expertos es que el campo tendrá pocas divisiones y no se utilizará íntegramente los escudos de las antiguas familias que ostentaban el señorío del lugar, aunque se pueden utilizar elementos de sus escudos, dentro de una pieza (jefe, franco cuartel o escusón) o partición, en los nuevos escudos, con referencia al antiguo señorío a que perteneció el municipio.

Con respecto a esto, en las II Jornadas de Heráldica y Vexilología Municipales, Zaragoza, 1994, se decía:

Evitar la reproducción íntegra de las armas de los antiguos señores o encomiendas del lugar, al menos cuando el escudo se organice con un solo cuartel o campo. Ya que, sobre todo desde las Cortes de Cádiz de 1812, fueron consideradas armas de sumisión; es por lo que deben evitarse en escudos concejiles, pues no sería coherente un signo de vasallaje para identificar a municipios libres.

Por lo tanto, apoyándonos en estas recomendaciones e inspirados en el diseño de la bandera, nos hemos atrevido a diseñar este nuevo escudo:

De gules, con la Cruz de la Victoria de oro en el cantón diestro y un sol figurando, también de oro, en el cantón siniestro. Mantelado en puntas por un chevron o cabrio alzado de plata, tres torres cuadradas de oro, mazonadas y aclaradas de sable, mal colocadas.

Vuelvo a recordar que, desde estas páginas, no pretendo diseñar escudos de ningún concejo, solo trato de despertar el interés por la Heráldica y mostrar la necesidad de actualizar los escudos de algunos de los concejos asturianos, pero la iniciativa debe ser de los ciudadanos.

Es importante que, en la selección de estos elementos, intervengan los ciudadanos, con el fin de que el diseño final alcance un amplio consenso.

Aunque se habla de torres, voy a tratar de introducir algunos conceptos referentes a los castillos. Estos son las figuras más comunes en la heráldica española, creo que por razones obvias. En los armoriales españoles, el castillo y la torre normalmente aparecen como la figura principal y única del escudo, ocupando el centro del mismo y llenando la mayor parte de su campo. Para ello, voy a recoger algunas explicaciones de diferentes publicaciones del Dr. Luis Valero de Bernabé.

En la heráldica española el castillo es una fortaleza con tres torres, más alta la de en medio que se denomina torre del homenaje y las otras dos que la flanquean son gemelas. Aunque presenta diferentes variantes: El denominado castillo real castellano, que aparece en las armas parlantes del Reino de Castilla. Se le representa como una fortaleza con tres torres albarranas, la del centro más alta, y presenta de una a tres puertas y una o dos ventanas ojivales en cada torre, estando mazonado y almenado. Sin embargo, en la heráldica aragonesa el castillo se suele dibujar con un solo cuerpo central del que surgen tres pequeñas torres gemelas, aunque también se encuentran casos en que la central o del homenaje es de mayor altura que las otras dos. En la heráldica catalana el castillo se caracteriza por tener sus merlones cubiertos por un pequeño triángulo.

Mientras que en la heráldica francesa un Chateau es siempre una fortaleza con cuatro torres de las que solo se ven dos, pues las otras están tapadas por las anteriores. Todas las torres van almenadas y cubiertas por una techumbre triangular. Presenta además la característica que todas las torres van rematadas por una Girouette o veleta; Pues a tenor del derecho feudal francés todos los nobles tenían el derecho de adornar sus viviendas y en especial sus castillos con veletas de las que pendían sus banderas. Tanto es así que cuando un castillo en Francia carece de veletas no puede blasonarse como Chateau, sino como Forteresse o Fortaleza.

El esmalte utilizado para colorear torres y castillos ha de ser el mismo para toda la construcción, normalmente la plata o el oro, aunque generalmente sus muros aparecen formados por sillares de piedra, en forma rectangular y colocados en labor de soga, cuyas junturas están silueteadas de sable, lo que en heráldica se denomina mazonado, siguiendo el término francés, si bien se ha utilizado también el término español de mamposteado, si las piedras son irregulares sin sujeción a hiladas.

Los esmaltes más comunes suelen ser el oro y la plata, normalmente perfilado y mazonado de sable, también denominado en heráldica como “castillo/torre de piedra”, siendo muy rara la utilización de otros esmaltes como el gules o el azur.  Si bien sus puertas y ventanas se suelen resaltar con otro esmalte, según los usos habituales, así si el cuerpo del castillo es de oro, las puertas y ventanas serán de gules; y si aquél es de plata, éstas deben ser de sable. Si el cuerpo es de color, las puertas y ventanas serán de metal; es por ello que no suele ser preciso determinar más en la descripción, bastando con decir adjurado para saber de qué esmalte han de ser sus ventanas y puerta y ventanas. Si no se cumplieran tales reglas cromáticas, habría que decir aclarado de..., indicándose seguidamente el esmalte de tales aberturas. Se dirá orpasado, cuando puertas y ventanas son del mismo esmalte que el campo del escudo, como si estuvieran abiertas y a su través se divisara el color del fondo. Mientras que si el interior de puertas y ventanas fuera del mismo esmalte que el cuerpo del Castillo o Torre se dirá cerrado. Sin embargo, algunos heraldistas prefieren matizar más, a fin de evitar toda duda, así se dirá abierto, cuando a través de su puerta se ve el esmalte del campo y portillado de.., cuando se trata de un tercer esmalte, y en el caso de las ventanas se dirá aventanado de...

La especificación del almenaje del castillo catalán, es que se trata de una figura antigua. Durante los siglos XII al XV, las torres traen almenas terminadas en triángulos y, a partir del siglo XVI, el almenaje en Castilla evoluciona a la forma de prismas rectos.
Por lo tanto, convencionalmente en la Heráldica española, se representa cuadrangular, almenado y mazonado, con una puerta y dos ventanas, tres torres, la del centro más alta, todas almenadas de tres piezas y cada una con su ventana (según otros, con dos). Si no es de esta forma, hay que especificarlo, así como si no tiene marcados los sillares, en el caso de que lo sea, no es necesario decirlo, solo se blasona como castillo. Es un mueble propio de la Heráldica española, con muy poca importancia en las heráldicas europeas

Si va solo, llena el campo del escudo sin tocar sus bordes; si el campo va sembrado de castillos se dirá, castillado; motivado por su pequeño tamaño, al ser muchos ocupando el campo, los castillos pueden ser sustituidos por figuras de torres, sobre todo, si van en borduras y similares.

Hay uno con nombre propio, Castillo Real, solo en la heráldica española cuando están esmaltados de oro, aclarados de azur y puestos en campo de gules.

Hay otro que tuvo una importancia en el siglo XVI, es el Castillo Levantado, cuando el acceso al mismo no se hace a ras de suelo, sino que la puerta va precedida de cierto número de gradas o escalones. Esta importancia fue tal que, en el Armorial de Aragón, de 1536, casi todos los castillos van alzados sobre un zócalo, y también se blasonaban así en Castilla.

Hay un término que se emplea cuando se añaden torrecillas por encima de la edificación, es el de donjonado.

Muchas veces van acompañados por figuras secundarias y otros muebles que hacen que reciban nombres adicionales, como ya se ha explicado en la entrada de Castropol, cuando nos referíamos a las torres, y que a buen seguro el lector recordará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escudos de linajes de Siero

En su momento, se escribió una entrada sobre el escudo del Ayuntamiento de Siero , publicado en junio del 2020, uno de los pocos escudos a...