sábado, 14 de marzo de 2020

Degaña: Sumisión


Sumisión es el sometimiento de alguien a otra u otras personas. Esto es lo que ocurrió en muchas zonas de Asturias, sometidas las personas a la discrecionalidad de señores feudales, aconteciendo esto hasta principios del siglo XIX. ¡Qué importante es la libertad! Pero la libertad sin formación y si una cierta disponibilidad económica, sirve para bien poco.

Degaña se desmembró en 1863 del colindante concejo de Ibias. Su historia es similar a la de otros territorios de esta zona: señoríos de viejas familias nobles, en este caso, los Quiñones, que ejercían su poder hasta principios de la Edad moderna, sobre las jurisdicciones de Degaña y Cerredo que posteriormente formarían el concejo.

La enciclopedia Asturias describía así este territorio:

El terreno es montuoso y quebrado, el subsuelo siluriano y carbonífero, donde se han registrado minas de carbón y yacimientos de oro. No es rica su producción en cereales y legumbres; pero sí en maderas (muy pocos castaños) y en abundantes pastos, donde se cría excelente ganado vacuno, lanar y cabrío, teniendo además en sus quebradas abundante caza mayor y menor y bastantes animales dañinos.



(Imagen y descripción tomadas de Wikipedia, y corregidas)

Escudo cuartelado. Primero, jaquelado de quince piezas de gules y veros. Segundo, tres fajas de sinople la central con tres flores de lis, bordadura de oro con racimos de uvas y sus hojas en sinople. Tercero, de plata, una vaca al natural, pasante hacia siniestra. Cuarto, de azur, un pico y pala de plata en aspa.

En el primer cuartel se representan las armas de Quiñones que son las mismas que la de la familia Álvarez de Asturias y en el segundo Las armas de la familia Queipo de Llano. Estos dos primeros cuarteles eran los que aparecían en la enciclopedia Asturias, los otros dos fueron añadidos posteriormente.

En el siglo XIV Suero Pérez de Quiñones (rama de los Alvarez de Asturias) casó con doña María Alonso de Valdés, señora de Cerredo y Degaña, según TreIles, y fueron padres y ascendientes de otros Quiñones poco después unidos a los Queipo de Llano o Toreno, en quienes recayó el señorío; por lo que las armas de unos y otros constituyen el escudo del actual concejo.

Viendo que los dos últimos cuarteles, son los realmente incorporados por el concejo, entiendo que debemos mantenerlos en escudo, e incorporar algún elemento de los antiguos señoríos, pero no sus escudos, por ser de ellos, no propios del concejo. y de ahí la siguiente propuesta:
De sinople, una vaca surmontada por un pico y una pala colocados en aspa, todo en oro. Bordura de oro con racimos de uvas y sus pámpanos en sinople.

En la confección de este escudo, he seguido las siguientes directrices:
  • He tratado de recoger los elementos significativos del anterior escudo: la vaca por la ganadería y el pico y la pala por la minería.
  • He cambiado el sentido de la marcha de la vaca por razones ya explicadas en este blog.
  • He mantenido la bordura de los Queipo de Llano, por razones estética y he descartado la de los Álvarez de Asturias, por los mismos motivos.
Me gusta el resultado final, pocos colores y pocos muebles, encajo los elementos del anterior escudo, a mi modo de ver, de una forma satisfactoria. Esto es como los pimientos de Padrón, “unos gustan y otros no”.

Como en el escudo actual aparece un ajedrezado con un forro, y debo desarrollar un pequeño contenido de ciencia heráldica, se aprovecha para desarrollar el tema de los forros.

En el Tratado de Heráldica y Blasón de Francisco Piferrer, se presenta un capítulo dedicado a las “figuras que se emplean en lo que se llama forros en heráldica”. Según este tratadista  y ayudados por los dibujos de Wikipedia, presentamos este apéndice.

Se llaman veros unas figuras como copas o vasos de vidrio, representándose en las armerías en forma de campanitas o sombrerillos pequeños, que son siempre de plata y azul, como se manifiesta en la figura. Se llaman forros por corresponderse con pieles que cubrían los vestidos de los grandes señores y caballeros.

La más ordinaria disposición de los veros es hallarse un escudo cargado de cuatro hasta seis hileras de ellos, y así se dice simplemente blasonándose de veros, porque habiendo más, se dice veros menudos, y teniendo menos, veros grandes, que se encuentran rara vez.
Para poderse llamar propiamente veros han de ser las figuras de plata y azul, o de blanco y azul, opuesta la base de la figura del metal a la base de la figura del color.

Por contraveros se entienden estas mismas figuras dispuestas así: la base de la figura del metal puesta contra la base del metal, y las bases de las del color contra las bases del color.

Se denominan veros en punta, cuando las puntas de unas piezas y otras se ponen opuestas a las bases de las otras.

Se nombran como verados cuando los veros son de otro metal y color que no sea plata y azul, como de oro y encarnado o rojo, o de oro y de negro, de oro y de verde, de oro y de púrpura.
Se llaman contravenidos, cuando no siendo los veros de plata y de azul, guardan la disposición de los contraveros, esto es, que las bases del metal están opuestas al metal, y las del color al color.

Verados en punta son los que en la propia inteligencia de no ser de plata y de azul, siguen el orden de los veros en punta.

Como se puede ver a continuación, el tema de los veros puede dar un poco más de juego; sin embargo, a mi parecer, las posibilidades son limitadas porque los escudos deben ser originales, y si uno se blasona con veros, pocos más se pueden blasonar así, salvo en el tema de las figuras, como se verá mas adelante.
Cuando se hallare alguna pieza en armería cargada de estas figuras, se atenderá a su forma y esmaltes para llamarle con denominación propia, por ejemplo, una cruz de veros, contraveros o veros en punta, verada, contraverada o verada en punta, de tal y tal esmalte.






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