martes, 10 de marzo de 2020

Ibias: Dragón



El dragón, en heráldica, es un animal fabuloso con forma de reptil muy corpulento, con garras y alas, y de extraña fiereza y voracidad.
 
En otras culturas, como en la oriental, pese a su aterrador aspecto, no era considerado como un animal nocivo para los hombres, sino benéfico y tutelar. Se le suponía al servicio de los dioses y era el guardián de los lugares sagrados, no atacando a los hombres en tanto éstos respetasen el deseo de los dioses.
 
Pero no sucede así en nuestra civilización, pues desde la más remota antigüedad la mitología clásica europea había ido atribuyendo al dragón un carácter profundamente maléfico, en contraste con el benéfico que tenía en la oriental. Quizás el dragón más famoso sea el de San Jorge, por la conocida leyenda transferida a Europa por los cruzados, y que sirvió para exaltar la imaginación del caballero medieval.
 
En estos tiempos, tendremos que armarnos de valor para vencer a los distintos dragones que amenazan nuestra sociedad.
 
Hablado de dragones, el Ayuntamiento de Ibias utiliza un escudo como este.

(Imagen tomada de Wikipedia)

De azur, un guerrero vestido de armadura y lanza sobre torre almenada de oro, clavando una lanza a un dragón de sinople que esta sobre ondas de azur y plata donde nadan tres peces de plata. Bordura de plata con la leyenda "IBIAS DIOS ME AYUDE".

En este caso, el escudo difiere del que publica la enciclopedia Asturias, pero a mí me gusta que se quiten cuarteles, cuanto más simple mejor:

Según esta, se describen las siguientes armas de los Ibias:

Castillo en campo de azur asentado sobre y un río un hombre entre sus adarves, que lanza en ristre lo defiende de un monstruo con cola de pescado, alrededor una orla que dice: “IBIAS IBIAS DIOS ME AYUDE”.
 
Pero de forma inexplicable, en el dibujo, al escudo concejil, se añaden los blasones de diversos señoríos: los castillos de Ibias, Ron y de la Ribera, la Cruz angélica de la iglesia ovetense; los jaqueles y veros de los Quiñones; y los Tormaleo, caballeros justadores.
 
No sé cuándo cambia el monstruo con cola de pescado por un dragón, ni cuando se le añadieron tres peces.
 
Creo que todos conocen mi manía por las leyendas dentro de los blasones, por lo tanto, mi propuesta es obvia y sencilla, quitémosla, y eliminemos también los peces, ya que no se hace referencia en ningún sitio a ellos, además, si se menciona un castillo, representemos un castillo.

De azur, un castillo de oro sobre ondas de plata y azur, naciente sobre el castillo, un guerrero de plata que atraviesa con su lanza un dragón de sinople, lenguado de gules que sale de las ondas.

Y quizás sea conveniente gastarse el dinero en contratar un buen dibujante heráldico, que no copie de Internet, y tendremos una buena imagen que represente al concejo.

Acabada nuestra crítica, hablemos de animales mitológicos heráldicos.
 
Estando con el dragón, este era la otra cara del león y el águila, característicos estos de los caballeros cristianos, mientras que aquel otro era característico de los sarracenos, por lo tanto, se suele representar en los escudos un dragón vencido, aunque también es frecuente verlo en otras posiciones.
 
En otros países, no era tan negativo, y así, aparecen numerosos dragones en la heráldica europea, supuestamente como símbolo de vigilancia y custodia, pues representaba el honor familiar y velaba por los guerreros siempre que éstos pusiesen su esfuerzo al servicio de la religión y de la tradición. Se puede decir que cada heráldica europea tiene su especial clase de dragón, al que denominan con diferentes nombres y representan de muy diversas formas.

En la heráldica española tienen poca aceptación las figuras quiméricas, salvo el dragón, introducido por el rey aragonés Pedro IV de Aragón, como cimera del yelmo regio. Sin embargo, tenemos una peculiar y característica representación del dragón, los Dragantes, asociados a la importancia que tuvo en España la leyenda de San Jorge, dando origen a la denominada Banda engolada de dragantes, frecuente en nuestra heráldica, consistente en “una banda estrecha cuyos extremos por sendas cabezas de dragones que parecen devorarla”, cuando la realidad es que es la banda la que los hiere clavándose en sus gargantas. Esta representación tuvo tanta importancia que la banda engolada de dragantes se convirtió en el logotipo del caballero cristiano. En el siglo XIV sería adoptado por Alfonso XI, "El Justiciero", rey de Castilla, fundando la Orden de la Banda, siendo su divisa una banda de gules sobre campo de oro, engolada de dragantes y con la leyenda: “Fe e Fe e Hidalguía”. Con el tiempo, se concedería a hombres y mujeres que hubieran demostrado su coraje y valor en defensa del reino.

En nuestra heráldica muncipal, en varios escudos aparece una banda engolada: Cudillero, Somiedo, Navia y Villayón.
Aparte de lo anterior, hay que tener en cuenta que una pieza o mueble, se dice engolado, cuando sus extremos entran en la boca de un animal o monstruo. Se dice dragonado, cuando el cuerpo del animal termina en cola de dragón.

En algunos países tienen querencia por los animales mitológicos, no así en España, apareciendo el ya explicado dragón, que se coloca de perfil, con cabeza y patas de águila, el cuerpo y cola de serpiente, las alas de murciélago y la lengua que sale del pico en forma de dardo. Y por derivación el dragante o tragante, figura que representa una cabeza de dragón o de león, con su boca abierta tragando o mordiendo una pieza o figura.

Entramos en el mundo de las figuras quiméricas, llamadas también fabulosas, es decir, aquellas que se proponen a la imaginación como posibles e incluso como verdaderas no siéndolo.

Disponemos de unos animales derivados del águila, siendo el principal el Grifo, animal fabuloso, mitad águila y mitad león que generalmente se le dibuja rampante. El Basilisco, se representa de perfil con cuerpo de águila y cola de reptil. Arpías, cuerpo de doncella con garras, cola y alas de ave. Y el águila monstruosa, que es representada con todas las características normales del águila, pero con cabeza de lobo.





El Centauro es un hombre con cuerpo de caballo; mientras el Bucentauro es un centauro con cuerpo de toro y el Minotauro, que tiene sus orígenes en la mitología griega, posee la mitad superior de hombre y la inferior de toro, representándole pasante.

El Pegaso es un caballo alado y el Unicornio es un animal fabuloso con figura de caballo y un cuerno recto en su frente, que se representan pasantes o saltantes.

También disponemos de otro grupo derivado de la serpiente, siendo la más famosa la Hidra, por sus raíces griegas, que es una sierpe monstruosa con siete cabezas, alas de murciélago y patas de águila, y que se dibuja de perfil. Hay otras menos conocidas como la Amphistera, serpiente alada que tiene otra cabeza en la cola, y la Anfitrio, simplemente una serpiente alada.

En cuanto a las aves mitológicas, tenemos la Piedad, pelícano que abre su pecho para alimentar con su sangre a sus hijos, y el Ave Fénix, el águila que renace de sus cenizas.
Hay muchos más, como las que formaron parte de la cultura de los viajeros, la sirena y el tritón, pero valga estos como representación.



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